miércoles, 6 de enero de 2010

Ganar a la Ruleta: Progresión Atila 11

Ganar a la Ruleta: Progresión Atila 11

Atila suele afirmar que es imposible predecir dónde va a caer la bolita, lo máximo que podemos hacer es tenderle redes sobre el paño para intentar cazarla.
Estas "redes" se tejen en "telares" que son las combinaciones de números y disposición que nos dicte nuestra creatividad.
Una excelente muestra de esto son las "Docenas de Diez" o los modelos sobre seiscenas dónde las seiscenas se combinan y potencian con los cuadros.
Sobre estas redes es necesario -según Atila- establecer una progresión para que nos ayude a compensar los fallos y el porcentaje de la banca a favor. Esta progresión debe ser lo más suave posible para darnos la capacidad de "surfear" las olas negativas sin que se agote la caja hasta llegar a las positivas que indefectiblemente llegarán.
Recordamos que el factor esencial para enfrentar la ruleta es la FLEXIBILIDAD, no podemos ganar haciendo siempre lo mismo y actuando mecánicamente.
De allí la idea de Atila de no estacionarse en el paño con las apuestas y tampoco con las progresiones que deben adaptarse casi "bola a bola" de acuerdo a las decisiones del jugador.

En esta entrada veremos el modelo de las "Seiscenas Verticales".

Una "Seiscena vertical" está formada por dos cuadros solapados. Por ejemplo, por los cuadros "2-3-5-6" y el cuadro "5-6-8-9". Tienen dos números solapados: 5 y 6, que en caso de acierto nos darán 18 fichas de ganancia.

Ya sabemos que a Atila no le interesan los criterios de selección, pero un buen consejo sería armar las seiscenas verticales con números punteros, o de ser posible con números punteros y también atrasados para apuntar a los dos extremos de la permanencia.

Tal como hicimos con las "Docenas de Diez", jugaremos sobre dos docenas que se van modificando bola a bola para que la apuesta no sea estática: 1-2, 2-3, 3-1.
Sobre cada una de esas dos docenas jugaremos una "seiscena vertical".
Como de costumbre, si en el acierto nuestro saldo es positivo reseteamos, rearmando el "telar" para no apostar a las mismas seiscenas verticales, o si lo deseamos cambiamos de modelo de juego para volver luego a éste.

La progresión clásica sería:

1-1-1-1
2-1-1-1
2-2-1-1
2-2-2-1
....

Dónde cada término representa uno de los cuadros en juego. En el acierto si el saldo no es positivo, retrocedemos una o dos posiciones.

También podemos usar la variante Atila lenta, aumentando la apuesta cada tres bolas:

1-1-1-1
1-1-1-1
1-1-1-1
2-1-1-1
2-1-1-1
2-1-1-1
2-2-1-1
...

Y por último la variante basada en los ciclos naturales de las apuestas que en este caso es de nueve bolas porque usamos cuadros. Es decir, igual que la anterior pero aumentamos una ficha sólo cada nueve bolas. De esta última forma estamos jugando casi plano y con una caja mucho menor, aunque claramente los beneficios también serán menores.
La flexibilidad debe darse reaccionando a cada bola, por ejemplo este modelo admite la posibilidad de "separar" los cuadros para que no queden solapados y de esta manera se pasa a cubrir un área de ocho números si la permanencia se vuelve complicada.
También debemos recordar la posibilidad de "congelar" nuestra progresión para pasar a otro modelo de ataque, y luego retomar desde dónde la habíamos dejado cuando lo creamos conveniente.

Atila creó también otras estrategias que iremos desarrollando en entradas próximas.

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